Como aficionados a la modalidad de carpfishing, los “carpistas” hacemos gala de una serie de valores que debemos tener todos muy presentes, y que pensamos que deberían ser muy tenidos en cuenta por parte de las administraciones a la hora de valorar las peticiones que desde nuestro colectivo puedan recibir.
Valores éticos que van más allá de lo relacionado con la pesca, y que pensamos se traducen en beneficios futuros para la comunidad.
1.- Respeto por las capturas.
Somos fieles defensores del “captura y suelta”, y gran parte de nuestros esfuerzos van dirigidos al mantenimiento en las mejores condiciones de nuestras capturas, procurando en todo momento dejar la mínima huella posible sobre ellas, y devolverlas al agua lo mas rápidamente posible. Con esto contribuimos a la prolongación de las especies y de la pesca en nuestros embalses y ríos para las generaciones futuras, a las cuales les estamos inculcando esta forma de actuar.
Empleamos parte de nuestro tiempo en las orillas en concienciar a otros pescadores de que es la única forma de hacer de la pesca de las grandes carpas (o menos grandes, que mas dá…) sea algo sostenible en el tiempo, y creo que todos en mayor o menor medida podemos presumir de haber “convertido” a algún que otro pescador en “pescador sin muerte”.
2.- Respeto por la naturaleza y el medio ambiente.
Somos amantes de la naturaleza en general, y del medio que rodea a nuestros embalses y ríos en particular. Una de nuestras mejores intenciones es que en los escenarios de pesca no queden muestras de que alguien estuvo allí.
No solo recogemos nuestra basura, sino que la mayoría de nosotros empleamos una buena parte del tiempo durante el que esperamos las picadas a recoger la basura que otros pescadores mas desaprensivos (o simplemente algún dominguero…)dejaron tras de sí.
Si no lo hacemos nosotros, ¿¿Quién lo va a hacer??.- Este es el mensaje que transmitimos a nuestros pequeños, que cuando ven por primera vez a los mayores haciendo esto, se preguntan el porque de tal forma de actuar. En las siguientes ocasiones ellos son los primeros en querer ponerse los guantes.
Somos así, y nos gusta ver limpio el medio y la naturaleza que nos rodea.
3.- Respeto y compañerismo para con otros pescadores.
Ni que decir tiene que en las largas esperas en las orillas se conoce a mucha gente e incluso se fraguan nuevas amistades, con las que se intercambian buenos ratos de convivencia. Se trata de una forma de relacionarse socialmente muy sana.
4.- Respeto por las leyes y los agentes de la autoridad.
Por lo general, somos respetuosos con las leyes que nos rigen y los agentes de la autoridad (de estos últimos incluso podemos llegar a ser colaboradores en momentos puntuales…), aunque no compartamos en gran medida las primeras.
Por lo general no somos “pescadores furtivos”, pues disponemos de nuestras licencias, permisos, seguros y demás requisitos, no excedemos el nº de cañas autorizadas en cada escenario, no encendemos hogueras que pongan en peligro el medio que nos rodea, y aunque en ocasiones nuestra cegada pasión pueda llevarnos a “olvidarnos” de alguna norma (léase pesca nocturna…) acatamos muy a nuestro pesar que se trata de una práctica ilegal hasta la fecha, y nos sometemos a las oportunas sanciones.
